IES ALBERO. EL PLAN NUESTRO DE CADA DÍA
En los grupos de 2º de ESO, desde el Departamento de LCL, y para colaborar
con el Proyecto El pan nuestro de cada día, estamos elaborando
pequeños relatos a partir de los refranes sobre el pan que los mismos alumnos
eligieron del refranero español.
Ha
sido una actividad con muy buena acogida entre los alumnos porque les
ha gustado mucho descubrir el significado de refranes que no habían oído
antes o entender bien los que sí les sonaban por haberlos escuchado alguna
vez por boca de sus abuelos y de sus padres.
Con todo, con lo que más han disfrutado es con la imaginación que han
desbordado y la invención de historias que han dado sentido a esos
dichos populares, tan llenos de verdad y tan válidos para aprender lo importante
de la vida, lo bueno y lo malo.
Aquí dejamos unas pequeñas muestras de nuestros grandes alumnos.
“MÁS VALE PAN DURO QUE NINGUNO”
De Paloma Ruiz Herrera, 2º A
Érase una vez una chica llamada Elaia que vivía
rodeada de lujos. Su vida giraba en torno a ropa cara y caprichos. Pero llegó
la crisis de repente, y Elaia no solo perdió su alto nivel de vida, sino
que también perdió su trabajo y le fue
muy difícil salir adelante.
Le costó mucho encontrar un empleo de cierta
dignidad, aunque no viviera con mucho dinero para gastar. Esta situación le
sirvió para darse cuenta de que era afortunada por al menos tener un empleo que
le permitiera cubrir sus necesidades básicas.
Por eso, cuando alguien le hacia una referencia a su
vida anterior de lujos, ella respondía: “Más vale
pan duro que ninguno.”
“EL PAN GANADO SABE A GLORIA”
De
Manuel López Bozada, 2ºESO A
Hola,
me llamo Antonio Vázquez y tengo 13 años. Yo vivo en un pequeño pueblo de
Tarragona, Porrera. Solo hay un colegio y un instituto, si quieres ir a la
universidad debes ir a Tarragona. Estoy en 1º ESO porque he repetido este
curso, es decir, Primero. Suelo sacar 3 o 4, pero si me esfuerzo llego al 5.
Estamos
a finales del segundo trimestre y ya me han dado las notas: tengo 6 suspensos,
¡mis padres me van a matar!
Así fue. Mis padres me castigaron sin
salir durante las vacaciones de Semana Santa.
En
el tercer trimestre decidí seguir igual, en los tres primeros exámenes no me
esforcé así que conseguí 3,5, 4 y un 2.
Mis padres me advirtieron de que íbamos
a ir a Andalucía en verano y que como me
quedasen más de 6, no iríamos. A partir de ese momento, tomé una reflexión que
debí tomar hace tiempo… !dar lo mejor de mi!
Al
día siguiente en la escuela me sentí mucho más a gusto porque hice todos los
deberes, atendí en clase y lo mejor fue que sentía que estaba… !aprendiendo!
Mis padres no se lo creían.
El
próximo examen era de Lengua, mi peor asignatura. Empecé a estudiar con una
semana de antelación porque no me veía muy seguro. El día del examen me sentía
preparado para aprobar con más de 6 o un 7. Mi maestra no tardaba mucho en
corregir. El día de la entrega cuando me iba a dar el examen, me miró con una
mueca extraña, pero al segundo puso cara de felicidad, cuando vi mi puntuación
era un …!6.75! No me lo creía ¡mi mejor nota de este curso!.
Al final de curso mi nota media pasó de un 4 a un 7 con
todos los colores. El verano fui a la playa de Rota donde tenía unos amigos,
todos los días jugábamos al futbol y nos bañábamos. Este verano fue una gran
recompensa.
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