CLASE DE REFUERZO DE LENGUA (2º ESO) A PARTIR DE UN SAINETE
Los Sainetes risoterapéuticos de J. Martín Cedena constituyen un material imprescindible en las clases de la ESO, y no solo para el tema del teatro. En este caso, sirven para trabajar el texto lírico, la expresión oral y la expresión escrita, además de resultar tremendamente divertidos.
Miércoles. Quinta
hora. Refuerzo de Lengua Castellana y Literatura. Quince alumnos. Un aula. Dos
profesoras en prácticas. Una actividad motivadora y, sobre todo, mucha ilusión.
Estoy
compartiendo aula/materia y alumnado con mi compañera Ana Isabel Íñigo para
ofrecer a nuestros alumnos, que cursan el mismo nivel (2º de ESO) y que poseen
similares competencias, lo que pretende ser “una sesión diferente” donde
interactúen entre ellos con el objetivo de que perciban nuestra materia como
“mucho más que una sesión de Lengua o Literatura”. Buscamos que la interpreten
como un “juego”; no obstante, no pretende ser un juego sin más sino una
posibilidad de aprender a través del mismo, un recurso didáctico que logrará
que afiancen determinados contenidos/procedimientos de nuestra materia aun sin darse cuenta (y ello es lo más
relevante).
¿Lograremos
trastocar sus expectativas? ¿Romperemos con lo establecido de forma que
deconstruyan lo “aprendido” para volver a aprenderlo, ahora de forma fiable y
duradera? ¿Hablarán de nuestra clase fuera de la misma para dar “envidia” a sus
compañeros de nivel? En definitiva, ¿tendremos éxito?: incertidumbre , un poco
de miedo y…¡Muchas ganas!
La actividad
consiste en leer e interpretar, hoy vamos a hacer un teatro de risoterapia,
vamos a jugar a reinterpretar los textos mediante una actuación que aúne el
lenguaje verbal y el no verbal, vamos a “echarnos unas risas” y disfrutar a la
vez que hacemos literatura, pero será una literatura “diferente”.
La obra que vamos
a interpretar es un sainete, extraído del libro Sainetes risoterapéuticos del autor José Cedena. Fue publicada en
2006. La obra se abre con un canal de
televisión que se dispone a realizar un concurso de recital de poesía, en
directo. Están tan ilusionados con el mismo que no realizan ninguna
preselección de las personas concursantes, por lo que a la convocatoria se
presentan unos personajes un poco variopintos (en total seis hombres y dos
mujeres). Además, entre el público se encontrará otro personaje que no para de
incordiar impidiendo que el programa se desarrolle con normalidad. Ante lo que
allí ocurre, el presentador, desilusionado, pretende acabar con el programa
cuando se entera de la sorprendente noticia de que ha sido todo un éxito.
Finalmente, se observa que realmente no le importa que el recital no sea
cultural ni revitalice la poesía, sino que el número de audiencia se dispare. Ello
hará que podamos reflexionar sobre la moda de los concursos (o teleshow) que hoy día existen en la
televisión y que, además, les llama la atención.
Cuando leímos el sainete las dos para ver si era adecuado a la
clase, las distintas formas posibles de representarlo…nos divertimos y reímos
mucho con el mismo, nos miramos y automáticamente lo elegimos pues, al fin y al
cabo, buscábamos que nuestro alumnado pasara un rato agradable haciendo teatro.
Además, nos dimos cuenta de que de esta forma trabajábamos las cuatro destrezas
comunicativas: hablaban, escuchaban, leían y, en la reflexión final, escribían.
Era una sesión perfectamente cuadrada.
Una vez explicada (y reexplicada) la actividad, que ya sabemos que
con esta edad están un tanto dispersos, comenzamos. Cada alumno acata su papel,
lo asume (risas y aplausos … nervios), ¡comenzamos! … ¿resultado?: alumnos
tímidos que han sabido “ponerse en su lugar” y dejar a un lado esa incómoda vergüenza,
aquellos más lanzados que han disfrutado de poder interpretar quizás a un personaje
un tanto “soez” sin que nadie le riña por ese vocabulario malsonante. Todos hemos
aprendido vocablos nuevos (¡que ni pensaban que podían existir!) y lo han añadido
a la ficha léxica que siempre llevan “a cuestas”. Y nos piden más, “¿lo hacemos otra vez?” pero, ante su
estupor, toca el timbre: “¿Yaaaaa?” –
exclaman atónitos, parece que hoy se les ha pasado la “hora volando”, parece
que no han mirado ni el reloj, ¡todo un logro!.
Los dos únicos
problemas encontrados fueron: por un lado, interpretaciones erróneas que
corregimos sobre la marcha y volvimos a repetir, junto a necesitar más
personajes porque querían participar prácticamente todos (si es que a eso se le
puede llamar problema). Ante semejante éxito, les prometimos traer otros
sainetes que serán representados por los demás, y que haremos más puestas en
escena para interiorizarlo, utilizar vestuario y decoración para, ¡quién sabe!,
poder representarlo a final de curso.
Este tipo de
alumnado, que ha obtenido muchos fracasos a lo largo de los cursos anteriores,
se da cuenta de que lo hace bien, de que funciona y les sirve de una gran
motivación para abrirse al aprendizaje sin miedo a la equivocación. Tienen que
descubrir el lado lúdico de la Literatura y de la lectura en general, darse
cuenta de que “leer es como pensar, como rezar, como hablar con un amigo, como
exponer sus ideas, como escuchar las ideas de otros, como escuchar música, como
contemplar un paisaje, como salir a dar un paseo por la playa” (usando palabras
de Roberto Bolaño).
Sin duda,
volveremos a repetirlo, pero antes debemos reflexionar sobre lo trabajado hoy: pedimos
que nos cuenten sus sensaciones (por escrito), se entregará – y leerá - en la
siguiente sesión.
Profesoras en prácticas en el IES Albero (Alcalá de Guadaíra)
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