Palabras para un nuevo año


     En estos tiempos de alegrías rituales y despilfarro de casi todo, incluidas las palabras, quizás sea oportuno reivindicar y reflexionar sobre aquéllas que no son dichas, a las que se refiere el poeta Antonio Rigo:

¿Dónde viven las palabras no dichas?
¿En qué jardín?
¿Bajo qué piedra o árbol?
¿En qué momento de su vida
atraviesan la luz y
salen a nuestro encuentro
para sanarnos?

O el valor de no decir, del silencio, para poder crear algo singular. Lo cual es especialmente importante en la vida escolar. Lo dice G. Deleuze: 

La dificultad  hoy en día no estriba en expresar libremente nuestra opinión, sino en generar espacios libres de soledad y silencio en los que encontremos algo que decir. Fuerzas represivas ya no nos impiden expresar nuestra opinión. Por el contrario, nos coaccionan a ello. Qué liberación es por una vez no tener que decir nada y poder callar, pues solo entonces tenemos la posibilidad de crear algo singular: algo que realmente vale la pena ser dicho.

El silencio necesario para crear, o el silencio como expresión de lo creado. La ensayista norteamericana Susan Sontag en su obra La estética del silencio, afirma: 

“Los diversos públicos han experimentado la mayor parte del arte valioso de nuestro tiempo como paso hacia el silencio.”

Como colofón de la bienvenida a este nuevo período, las alegres palabras para un nuevo año de Claudio Rodríguez: 

LO QUE NO ES SUEÑO

Déjame que te hable en esta hora
de dolor, con alegres
palabras. Ya se sabe
que el escorpión, la sanguijuela, el piojo,
curan a veces. Pero tú oye, déjame
decirte que, a pesar
de tanta vida deplorable, sí,
a pesar y aun ahora
que estamos en derrota, nunca en doma,
el dolor es la nube,
la alegría, el espacio;
el dolor es el huésped,
la alegría, la casa.
Que el dolor es la miel,
símbolo de la muerte, y la alegría
es agria, seca, nueva,
lo único que tiene
verdadero sentido.
Déjame que, con vieja
sabiduría, diga:
a pesar, a pesar
de todos los pesares
y aunque sea muy dolorosa, y aunque
sea a veces inmunda, siempre, siempre
la más honda verdad es la alegría.
La que de un río turbio
hace aguas limpias,
la que hace que te diga
estas palabras tan indignas ahora,
la que nos llega como
llega la noche y llega la mañana,
como llega a la orilla
la ola:
irremediablemente.

Las palabras no dichas, el valor del silencio para decir algo que valga la pena...Otras caras del poder del lenguaje para que nos acerquen a la más honda verdad que es la alegría.

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