LA PRAGMÁTICA

Aunque los IES nos hemos sumado a esta empresa, en el sentido más amplio del término, un poco tarde, la inquietud sobre el mundo de la comunicación, y esta vez no hace falta decir en el sentido más amplio del término porque queda claro que cuanto nos rodea es comunicación, es algo que siempre ha estado dentro de nosotros, de ahí el uso de los textos después de tantos años y tantas leyes educativas, su vitalidad está en la variedad y en la practicidad, son reales, no hipótesis inventadas o frases artificiales para explicar una teoría o la aplicación de una regla, son trozos de la vida de fuera del aula que nos permiten hacer de ambas una misma vida, la de fuera y la de dentro, porque siempre deberían ser la misma.
En el Leonor, y decimos el Leonor, porque el poder del lenguaje lo legitima, son muchas las veces que hemos reflexionado sobre la importancia no ya de lo que se dice, sino de cómo se dice. Eso es algo que nos ha preocupado siempre a todos, de ahí tantas y tantas confusiones y tantos conflictos innecesarios. El decir y lo dicho (y ya existe un libro con este título) no siempre coinciden, y esa es la aportación que queríamos hacer hoy.
Ya en la primera cita que tuvimos en el Riberas del Guadaíra, donde se expuso el concepto de competencia comunicativa, del cual la competencia lingüística sólo sería una parte, se despertó en nosotros la misma curiosidad que en otros tiempos alimentó el descubrimiento de la Pragmática. Y cita tras cita, encuentro tras encuentro y lectura tras lectura, volvemos al mismo libro de referencia que queremos recomendaros, quizás algunos ya lo conozcáis, pues no es nada nuevo, pero sintetiza, en esencia, qué es eso de la Pragmática y cómo funciona el intercambio de comunicación constante al que estamos sometidos diariamente: Introducción a la pragmática, de M. Victoria Escandell Vidal.
  1. ¿Cómo es posible que lo que decimos y lo que queremos decir puedan no coincidir?
  2. ¿Cómo es posible que, a pesar de todo, nos sigamos entendiendo?
  3. ¿Qué parte de lo que entendemos depende del significado de las palabras que usamos?
  4. ¿Qué parte depende de otra cosa?
  5. ¿De qué otra cosa?
“La comunicación humana no es simplemente cuestión de codificar y descodificar información” (Escandell, 1996), por qué, si no, entendemos que debemos pasar la sal cuando sólo se nos pregunta si podemos hacerlo; o por qué alguna vez nos han preguntado si teníamos hora y, para reírnos, nos hemos limitado a decir que sí; o por qué, si decimos que tenemos frío, esperamos que quien esté cerca de la ventana la cierre; o por qué es tan fácil jugar a “yo no dije eso” en el contexto político gracias a la ironía; o por qué, si nos preguntan cuántos meses tienen veintiocho días, tendemos a decir uno, cuando son doce; o por qué en España llueve a cántaros, pero en el Reino Unido “llueven perros y gatos” (It´s raining cats and dogs). Son dos las principales teorías que intentan dar respuesta a tanta pregunta: la teoría de la argumentación, de Anscombre y Ducrot, y la teoría de la relevancia, de Sperber y Wilson, y todas las referencias bibliográficas que tiran del hilo de esta multidisciplinar madeja se encuentran en el manual que os hemos recomendado, una lectura que promete ser muy ilustrativa, pues “la pragmática se ocupa de dar cuenta de los principios que regulan la comunicación humana” (Escandell, 1996).

Comentarios

  1. Como profesora de Pedagogía Terapeútica de mi gran familia del Leonor he de decir que en nuestro día a día encontramos numerosos casos de alumnos con dificultades en el lenguaje, con dificultades en la pragmática. Por un lado, problemas en la capacidad de comunicar y por otro lado, en el código en sí. Hay que atender a la diversidad por encima de todo e intervenir necesariamente en dos aspectos fundamentales: el lenguaje como un objetivo y el lenguaje como una herramienta para la vida diaria. Saludos

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